Es bien sabido que para dirigir equipos y lograr objetivos en la empresa, hay que establecer objetivos, roles, funciones y tareas, comunicarlos, supervisar, dar feedback, etc.
Para ello, también es bien sabido (o debería serlo) que una de las principales herramientas que un responsable de equipo tiene a su disposición, es el lenguaje.
Pero el lenguaje no deja de ser un instrumento que hay que saber usar correctamente.
Y es que, al igual que tener la capacidad de mover el cuerpo, no significa que sepamos bailar bien.
Que tengamos la capacidad de hablar, no significa que sepamos comunicar adecuadamente.
Pues bien, la inteligencia emocional es una habilidad clave en la gestión de equipos que nos permite mejorar la comunicación y la colaboración en cualquier empresa.
Al atender, y entender, nuestras emociones y las de los demás, podemos desarrollar relaciones más efectivas y productivas en el trabajo.
Te propongo tres consejos prácticos para mejorar la comunicación y la colaboración en tu empresa mediante el uso de la inteligencia emocional:
Regula tus emociones
La regulación de las emociones es clave para mantener una comunicación efectiva en el trabajo.
Las emociones desagradables, de elevada intensidad, pueden afectar negativamente la forma en que te comunicas con tus colegas, y viceversa.
Para poder regular tus emociones, es importante atenderlas, reconocerlas y aceptarlas.
Una vez que has reconocido cómo te sientes, puedes empezar a tomar medidas para equilibrar tu estado emocional si es muy intenso (como hacer una pausa, dar un paseo y/o respirar pausadamente).
La regulación de la intensidad emocional es importante para evitar reaccionar de forma exagerada a situaciones estresantes o desafiantes, así como para tener mayor claridad mental a la hora de resolver un problema y olvidarse de buscar culpables.
Práctica la empatía
La empatía es una habilidad clave en la comunicación y la colaboración.
Al ser empático, puedes entender las necesidades y emociones de tus compañeros de trabajo, lo que te ayuda a adaptarte mejor a su estilo de comunicación y trabajar juntos de manera más efectiva.
Para ser más empático, es importante poner atención a las señales no verbales de tus compañeros/as, como el tono de voz y el lenguaje corporal.
Para poder practicar la empatía y «ponerte en el lugar de la otra persona» tienes que dejar al margen tus juicios de valor (al menos de manera temporal), y tratar de comprender sus puntos de vista y sentimientos (aunque no estés de acuerdo con ellos).
Practica la escucha activa
La escucha activa es una técnica que consiste en poner atención plena a lo que la otra persona está diciendo, comprendiendo su perspectiva y respondiendo de manera adecuada.
Para practicar la escucha activa, es importante demostrar interés y empatía en la conversación, evitando juzgar o interrumpir al interlocutor.
También es importante hacer preguntas para aclarar cualquier malentendido y demostrar que estás prestando atención.
La escucha activa no solo ayuda a comprender mejor a tus compañeros de trabajo, sino que también ayuda a construir relaciones más sólidas y de confianza.
En resumen, la inteligencia emocional es una herramienta poderosa para mejorar la comunicación y la colaboración en cualquier empresa.
Al regular tus emociones, practicar la empatía y la escucha activa, puedes construir relaciones más sólidas y efectivas con tus compañeros de trabajo.
Recuerda que la inteligencia emocional se puede desarrollar y mejorar con la práctica persistente, por lo que es importante seguir trabajando en estas habilidades a lo largo del tiempo.
Si quieres saber más puedes seguirme en el #podcast de Spotify «Entender la inteligencia emocional de forma fácil».
También realizo seminarios y conferencias corporativas para dar a conocer los beneficios de practicar estas powerskills.
Fuente imagen: Adobe Stock
Referencias
Caruso, D. R., & Salovey, P. (2012). El directivo emocionalmente inteligente: La Inteligencia Emocional en la Empresa (Vol. 7). Edaf. Goleman, D. (1998). Working with emotional intelligence.