Junio de 2006. Entro en el despacho del gerente de la empresa donde implantábamos un ERP. -¿Cómo va Emilio? -¡Os vamos a demandar, nos vemos en el juzgado! Esas fueron sus palabras de bienvenida.
-¿Puedo hacer una llamada? -¡Haz lo que quieras!, me dijo.
Llamé por teléfono a mi director. -Buenos días, Salvador, acabo de entrar al despacho del gerente para preguntar cómo va la implantación del ERP y me ha dicho que nos va a demandar, que no funciona nada. -¿Cómo dices? -Que nos va a demandar, que nos vemos en el juzgado, y me lo ha dicho con mucha vehemencia.
-Pueeees sí, ¡dile que a la mierda!, que nos vemos en el juzgado. ¡Se va a enterar ese! -¿Qué se habrá pensado? -La culpa de que no funcione del todo bien es de su equipo, que son unos ineptos.
En ese momento me temblaban las piernas del miedo que corría por todo mi cuerpo. No sé cómo ni por qué, se me ocurrió volver a entrar en el despacho del gerente y preguntar -¿si vuelvo otro día, podemos hablar otra vez? -Vuelve si quieres, me dijo con tono de indiferencia.
Aunque seguía asustado, me "reconfortó" su respuesta por unos instantes. Así que volví en 3 días con la fortuna de que el gerente estaba más tranquilo. -Buenos días, Emilio. ¿Puedo invitarte a tomar un café? -Sí, me dijo él (y yo respiré hondo).
Lo saqué del despacho y fuimos a una cafetería cercana (las claves del contexto influyen en la conducta) y le pregunté, con tono cercano y firme, mirándole a los ojos, si nos daba una oportunidad para reconducir la situación. Tardó unos segundos en contestar y me dijo -sí, pero si no funciona os demandaré.
Sabía que la falta de formación en el nuevo sistema y la resistencia al cambio de su equipo eran las causas principales del cabreo supino.
Fue el inicio de una nueva etapa que culminó con éxito para todos, sin saber por aquel entonces que estaba aplicando inteligencia emocional a la gestión de la situación.
¿Cuánto dinero directo, e indirecto (branding), hubiera costado reaccionar a las emociones? Una fortuna.
La inteligencia emocional es la joya de la corona de las habilidades transversales en la empresa (y fuera de ella). Hoy, tras formarme como psicólogo del trabajo, comprendo en profundidad los cimientos para poder desarrollar esta habilidad.
¡Quiero más información sobre cómo desarrollar la inteligencia emocional!