Desmitificando a los Líderes: ¡Son humanos, no Superhéroes!

En el vertiginoso mundo empresarial actual, a menudo caemos en la trampa egoica de idealizar a los líderes de una organización (léase CEO, COO, CHRO, CMO…) como figuras invulnerables, dotadas de capacidades y habilidades sobrehumanas.

También es verdad, no nos engañemos, que a menudo exigimos (yo el primero) que tengan la habilidad de desplegar todas esas capacidades.

«Que para eso le pagan», o «va en el sueldo» se suele escuchar.

Sin embargo, esta sobrevaloración que hacemos de los líderes en las empresas puede resultar perjudicial, porque crea expectativas a menudo poco realistas o desproporcionadas, distanciando a estos líderes de la realidad que todos compartimos.

En esa búsqueda constante de modelos a seguir, es esencial recordar que, a pesar de sus roles de liderazgo, jefes(as), directores(as) y gerentes(as) son, ante todo, humanos.

El mito del líder infalible cae por su propio peso al reconocer que todos enfrentamos retos, nos equivocamos y experimentamos dificultades que sufrimos en nuestro día a día, independientemente del rol que desempeñemos.

Los líderes tampoco son inmunes a las presiones laborales, los conflictos personales o las luchas internas.

La sobrevaloración de sus habilidades puede generar un ambiente laboral tenso y poco realista, donde los empleados se pueden sentir en cierta manera «intimidados» para expresar preocupaciones o admitir errores (inseguridad psicológica).

Desde mi punto de vista, su capacidad para liderar no se basa en la ausencia de debilidades, sino en su tendencia a aprender de ellas y crecer como persona.

Y desde esta visión, cualquiera de nosotros podemos ser líderes en nuestra vida o en nuestro puesto de trabajo, sin ser reconocidos como tal.

Al reconocer y aceptar esta humanidad en los líderes, construimos un entorno más empático, cercano y colaborativo, donde la autenticidad y la transparencia son valores fundamentales.

La moraleja que podemos internalizar es que todos compartimos una humanidad común (algo muy bien definido en los estudios sobre la práctica de la compasión).

Los líderes no deben ser percibidos como superhéroes inmunes a las adversidades, sino como individuos que, a pesar de ocupar roles destacados, enfrentan desafíos similares a los demás.

Esta perspectiva permite y fomenta una cultura organizacional más inclusiva y resiliente.

Si insistimos (aunque sea de forma inconsciente) en sobrevalorar las capacidades de los líderes, podemos estar obstaculizando nuestro crecimiento personal y profesional, al proyectar una distancia psicológica que terminamos materializando a través de nuestra conducta.

Es decir, cuando aceptamos la humanidad de los que ocupan puestos de liderazgo, construimos relaciones más sólidas y fomentamos un entorno que nos da la oportunidad de aprender, crecer y prosperar juntos.

Recordemos que, detrás de títulos y responsabilidades, los líderes son tan vulnerables y humanos como el resto de nosotros.

Aunque también es cierto que, a veces, los propios líderes deberían recordarlo 😉.

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Psicólogo Organizacional