4 sencillas acciones que van a la cuenta de resultados

Habitualmente, cuando pensamos en las acciones que hay que poner en práctica para lograr una buena cuenta de resultados de una empresa, pensamos «solo» en objetivos, estrategias y tácticas eminentemente técnicas.

Y eso es necesario, porque si no logramos productos o servicios basados en unos criterios objetivos de calidad, eficiencia, eficacia, etc. difícilmente vamos a trabajar de manera congruente en esa dirección.

Sin embargo, todo esto es necesario… pero no suficiente… para lograr una excelencia y posicionamiento sobresaliente de la empresa.

Hoy sabemos que también son necesarios establecer unos criterios objetivos de calidad referentes a comportamientos observables de liderazgo, trabajo en equipo, propósito, escucha, colaboración, respeto, etc.

Es decir, que los comportamientos basados en habilidades o competencias transversales también van a la cuenta de resultados.

Son conductas enmarcadas en el ámbito de la inteligencia emocional, el liderazgo positivo o la comunicación no violenta, por ejemplo.

En este sentido, te propongo 4 sencillas acciones a realizar por la mayoría de personas, que alimentará tu cuenta de resultados:

  1. Saludar y sonreír cuando llegas al trabajo o te reúnes con compañeros, (incluso si es online o nos «cae mal»).
  2. Hablar de los problemas alrededor de soluciones cooperativas, no de culpables sobre los que proyectar quejas.
  3. Preguntar a las personas con las que interactuamos a diario qué podemos hacer mejor para facilitar su trabajo.
  4. Escuchar atentamente a los demás, tratando de comprender su punto de vista aunque no estemos de acuerdo.

Puede parecer de perogrullo decir que hay que saludar y sonreír, pero créeme, no es tan habitual. 

Un día no pasa nada, pero cuando un estado de ánimo negativo, frío y distante se instala en nosotros, se convierte en un gran obstáculo para las relaciones de confianza. Y éstas, como sabes, son la piedra angular del éxito en los negocios.

Da igual si nos estamos relacionando con clientes, empleados o colaboradores.

Si tratamos a todos como si fueran clientes (en realidad lo son), resultará mucho más fácil llevar a la práctica esta conducta.

Poner la atención en la búsqueda de soluciones en lugar de culpables es enormemente más productivo, eficaz y eficiente, tanto para resolver el problema como para aumentar la seguridad psicológica de tu equipo y compañeros/as. La percepción de seguridad psicológica permite potenciar la creatividad y la cooperación.

Y si el problema surge porque alguien ha cometido un error, usemos éste también para aprender de manera individual y colectiva, no para «atizar» con el error porque esto provoca que la gente lo oculte o culpe a otro/a.

Preguntar a los demás qué podemos hacer para facilitar su trabajo, al igual que la acción anterior, es mucho más eficaz si se hace durante una reunión formal en vez de aprovechar un momento casual para hacerlo.

Si lo hacemos formalmente en una reunión y damos tiempo para que los demás reflexionen sobre ello podremos lograr mejoras espectaculares, ya que si lo hacemos informalmente la gente no tiene tiempo de pensar, además de que nos dará una respuesta «cordial» diciendo que todo está bien.

O dirá algo que no nos gusta oír estropeando un momento de relax o clima de distensión.

Es decir, no estamos hablando de «quedar bien», sino de trabajar para mejorar escuchando el feedback de los demás.

Todas las acciones, especialmente la anterior, no sirven de mucho si no escuchamos atentamente.

Las prisas suelen ser grandes obstáculos para escuchar de forma activa y atenta a los demás.

Por eso es fundamental incluir estas acciones en los puntos a tratar en nuestras reuniones semanales con equipos y compañeros/as.

El lenguaje es poderoso. No solo describe realidades sino que las crea. Primero en la mente de las personas y después en el contexto, con un comportamiento dirigido por esa realidad mental.

Cuidado con la «realidad mental» porque se termina imponiendo a la «realidad física».

Las personas nos comportamos, si no hay reflexión serena, en base a nuestra realidad mental, no en base a la realidad física (que necesitamos mirar más allá de lo superficial para poder conocerla mejor).

Todas estas acciones tienen un impacto tremendo en la creación de un clima de relaciones de calidad, y por tanto más productivas, en cualquier organización. 

Y si las hacemos de forma positiva, con inteligencia cognitiva y afectiva, van a incrementar nuestra cuenta de resultados.

¿y tú, incluyes las competencias transversales, además de las técnicas, para lograr resultados?

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*** Fuente imagen: Adobe Stock

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Psicólogo Organizacional