¿Qué responderías tú?
Es muy común escuchar que lo más importante de una empresa son las ventas (es decir, el departamento comercial), porque sin éstas no habría nada que hacer.
¿Estás de acuerdo?
Lo que pasa es que, tanto la pregunta como la respuesta están mal planteadas, tienen un error de base.
Están planteadas desde una visión de escasez, individualidad, exclusión y competitividad, esperando una respuesta que confirme los propios deseos.
Porque esta visión egoica «destroza» la empresa con su mirada.
Es decir, trocea, hace trozos, trata de desmembrar el conjunto o la unidad, intentando satisfacer necesidades psicosociales (reconocimiento, aceptación, competencia, seguridad, sentirse especial, etc.).
Sin embargo, si la pregunta la hacemos desde la consciencia y, por tanto, con una visión de abundancia, colectividad, unión, inclusión y cooperación, la respuesta es también radicalmente diferente.
Esta visión consciente «integra» con su mirada, hace conjuntos, trata de fusionar las partes para comprender que el resultado transciende lo individual, aunque éste esté incluido en el conjunto.
No sé si me explico.
Es cierto que las ventas son estrictamente necesarias para que una empresa funcione, pero para que pueda venderse algo tiene que haber un producto o servicio, una atención al cliente.
Al menos debe existir una infraestructura y estructura por pequeña que sea que pueda apoyar la función comercial.
Porque el área de administración podría decir lo mismo, que sin facturación, cobros y pagos no podría existir la empresa.
Y así sucesivamente.
Sin esta visión colectiva, de conjunto, las distintas personas que trabajan en una organización se pueden sentir menospreciadas, que no pertenecen, que no son importantes (o menos importantes que los comerciales).
Una empresa es como un puzzle. Necesita todas las piezas (y que encajen lo mejor posible) para que se produzca la imagen de conjunto, el resultado.
Esa visión egoica sería una visión miope. Los árboles no nos dejarían ver el bosque.
Desde la consciencia se ve el bosque y «la necesidad de todos los árboles» porque la suma da lugar al bosque.
Entonces, cuando tenemos este nivel de consciencia, surgen otras preguntas como «¿Qué podemos hacer para mejorar la comunicación departamental e interdepartamental?»
«¿Cómo podemos mejorar nuestra tarea para facilitar la tarea de nuestros compañeros, a nivel departamental e interdepartamental?».
«¿Cómo podemos entre todos mejorar la experiencia del cliente interno y externo, elevando los niveles de satisfacción?»
A partir de aquí la respuesta consciente y serena nos irá desvelando acciones más inteligentes y beneficiosas para todos.
Pero si todavía no lo vemos podríamos plantear las preguntas al revés:
«¿Hay algún departamento en la empresa que no sea importante, útil y necesario?»,
«¿Sería viable la empresa sin clientes?, ¿y sin empleados?, ¿y sin directivos?, ¿y sin accionistas?, ¿y sin proveedores?, …».
Es decir, TODOS/AS las personas, departamentos o grupos internos y externos son necesarios para que la empresa pueda funcionar correctamente.
Porque si hay alguna persona o departamento que no es importante y necesario, ¿para qué lo tenemos?
Insisto, es el ego (que es ci-ego) el que hace este tipo de preguntas. Y hasta que no lo veamos (entrenando la atención y la consciencia), no podremos mejorarlo.
Si te fijas, cuanto más trabaja una empresa desde esta mirada «miope» más problemas internos suele existir (de comunicación, de relaciones, de conflictos, de eficiencia y operatividad) y, por tanto, más problemas con los clientes.
Una buena ruta hacia la unidad, la inclusión, la cooperación y, por tanto, hacia la excelencia es el desarrollo de la inteligencia emocional a todos los niveles, aunque especialmente en el nivel directivo y de mandos intermedios.
La inteligencia emocional es una habilidad que permite ampliar la percepción, encender luces en la consciencia, ensanchar la comprensión y regular los estados emocionales para potenciar la eficacia, la productividad y el bienestar.
El componente ético es necesario para que se haga en beneficio de todas las partes que componen la empresa y no solo de unos pocos.
Esto (y mucho más) forma parte de la formación que imparto en materia de «Gestión de Clientes» y «Liderazgo Positivo» para empresas de cualquier sector.
Pero solo para aquellas que de verdad quieren caminar desde la pura supervivencia y competición interna (basada en la desconfianza y el miedo)…
… hacia el aprendizaje continuo, superación y cooperación (basada en la confianza y el aporte de valor mutuo).
¿Y tu equipo, es capaz de ver el bosque o todavía está cada uno «aferrado a su árbol»?
Fuente imagen: Adobe Stock (editada por Alejandro Sánchez Fotografía)