¿GESTIONAS TU EMPRESA COMO UNA UNIDAD O «LA DESTROZAS»?

GLB01Pocas empresas hay en este país que gestionen sus departamentos o áreas (sin importar el tamaño) como una globalidad, como un todo sin fisuras, lejos de anacrónicos departamentos estancos o independientes. Suponiendo esto un handicap para su excelencia.

Esa fragmentación se suele dar especialmente en aquellas empresas que nacen desde un enfoque puramente técnico, en las que el fundador o fundadores son técnicos muy focalizados en su área de especialidad.

Es decir, el 99% del tejido empresarial español (pymes y micropymes).

Puede que el fundador se forme después en programas de liderazgo y administración de empresas, pero si luego no lo aplica y se pone a gestionar desde un punto de vista meramente técnico, lógico y racional, será difícil conseguir el compromiso auténtico de sus colaboradores.

Por supuesto parto de la premisa de que existe un modelo de negocio que tiene demanda, porque como oí hace poco decir a un alumno de MBA «manda la demanda».

¿Pero quién está trabajando en cada departamento para atender esa demanda?

Personas. Siempre personas.

Personas con necesidad de respeto, confianza, coherencia, sentido, apoyo, escucha, reconocimiento, feedback, autonomía…, un sinfín de intangibles relacionados con emociones y sentimientos que terminan impactando en el comportamiento y, por tanto, en la cuenta de resultados.

Por tanto, si no se le da la importancia que merece el trabajo, rol o función de cada persona, estaremos poniendo frenos u obstáculos al rodamiento de nuestra propia organización.

Fíjate que la solución pasa precisamente por valorar el trabajo de TODAS las personas, sin importar el lugar o rol que ocupen.

Porque si lo que valoramos solo son determinadas tareas (técnicas, administrativas. comerciales, etc.) nuestra atención se focalizará en esos departamentos en detrimento de los demás.

Pero si valoramos las personas, independientemente del tipo de tarea que realicen, estaremos potenciando su función.

Estaremos dándole sentido e importancia a su trabajo. Y eso genera mayor confianza, mayor compromiso y mayor desempeño.

Y es que es muy fácil «perder el norte» cuando nuestro «piloto automático» se centra en el departamento de producción (por ejemplo).

core_businessPodemos decir: «nuestro core business es fabricar tal producto o dar tal servicio»  y por tanto, ahí está nuestro foco de atención.

Esto nos hace caer también fácilmente en la trampa de valorar más a las personas que trabajan en esos «departamentos diana» o núcleo del negocio, obviando o minusvalorando (sin querer) al resto.

Es muy fácil no apreciar el trabajo, por ejemplo, del departamento de administración, recepción o del personal de limpieza.

Yo he vivido incoherencias del tipo que cuando las ventas van bien, a la gente de marketing y comercial no se le reconoce gran mérito, y cuando las ventas van mal, marketing y comercial es lo peor de lo peor.

Cuando digo marketing y comercial, puede ser administración también (como cuando la facturación y los cobros van bien, y nadie se acuerda del trabajo de estas personas).

Todo este tipo de errores de visión se producen cuando la cultura que se extiende por la empresa es la de solo tener ojos para el departamento que representa el «core business», consiguiendo imprimirles una aureola de superioridad.

Y no digo que no haya que darle importancia, por supuesto. Sin embargo, los excesos de adoración se pueden llegar a pagar muy caros también.

Pero la realidad empresarial que vivimos hoy señala como camino de la excelencia la gestión y valoración de la empresa como un todo que trabaja en una única dirección: ayudar a mejorar a otras empresas (personas).

Y esto solo se consigue desde la unión, desde la cohesión, desde el trabajo en equipo intradepartamental e interdepartamental.

Si un área va bien es mérito de toda la empresa, y si un área va mal es responsabilidad de toda la empresa aportar su granito de arena para mejorar.

Y a esto se llega desde una gestión de personas basada en el aprecio, en el reconocimiento de su valor como elemento esencial de la empresa en su conjunto.

Porque si un área o persona no es importante para tu empresa, ¿para qué la tienes?

La persona que está en recepción es fundamental porque es la primera impresión de la empresa que se lleva la persona que llama o entra por la puerta.

La persona que factura y cobra es fundamental porque interactúa con los clientes y gestiona un recurso básico para la empresa: el dinero.

La persona que limpia es fundamental porque de él o ella depende el bienestar de los demás trabajadores y la imagen de la empresa cuando recibe visitas de clientes.

La persona que vende es fundamental porque sin ventas no hay negocio.

La persona que fabrica el producto o da el servicio es fundamental porque sin producto o servicio no hay negocio.

La persona que dirige personas es fundamental porque su estilo de gestión genera un clima de trabajo que impacta en el compromiso y el desempeño. Y por extensión, en la consecución de objetivos.

En definitiva, estamos hablando de valoraciones de intangibles que hoy impactan directa o indirectamente en tu cuenta de resultados.

Y tú, ¿gestionas tu empresa como un todo o «haces trozos»?

En definitiva, ¿unes o «destrozas»?

Fuente imágenes: google

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La Palanca del Éxito

 

 

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Psicólogo Organizacional