CÓMO EL MÚSCULO EMOCIONAL LLEVA AL ÉXITO EMPRESARIAL

músculo-emocionalComo lo prometido en el anterior post es deuda, esta semana voy dar unas pautas básicas sobre cómo desarrollar las competencias emocionales en la empresa (o músculo emocional corporativo) como estrategia transversal para facilitar el logro de objetivos.

Aunque en primer lugar, es importante saber que la inteligencia emocional es una herramienta muy versátil que nos puede ayudar en el logro de múltiples objetivos corporativos.

Ahora bien, es especialmente útil cuando la consecución de dichos objetivos está mediada en su contexto por importantes demandas o exigencias emocionales, como por ejemplo, dirigir personas, trabajar en equipo o interaccionar directamente con clientes.

En segundo lugar, es crítico saber qué objetivo concreto queremos satisfacer en nuestra organización con la ayuda de la inteligencia emocional.

No será lo mismo querer mejorar el liderazgo de un directivo o mando intermedio, que aumentar el rendimiento de un departamento, o lograr mayor satisfacción en clientes por parte del área de soporte.

Y no olvidemos que la inteligencia emocional también es una magnífica herramienta para intervenir aspectos negativos, como reducir el nivel de estrés y burnout (mejorando el afrontamiento de problemas), o reducir las conductas contraproducentes (como el acoso psicológico o la violencia organizacional).

Por ejemplo, vamos a suponer que queremos mejorar el liderazgo de un directivo, mando intermedio o jefe de proyecto (o de todo el equipo directivo). ¿Por dónde empezamos?

En primer lugar debemos preguntarnos para qué queremos mejorar el liderazgo puesto que, insisto, tiene que haber un objetivo práctico y no el impulso de imprimir un barniz cool de cara a la galería: «en nuestra organización formamos en liderazgo a nuestros directivos»

Es decir, debemos evitar a toda costa incurrir en un «liderazgo de salón» que no sirve para nada (bueno sí, sirve para «quemar» a nuestros equipos transmitiendo falsas expectativas).

Imaginemos que queremos mejorar el liderazgo de un departamento para impulsar los comportamientos que conducen a la mejora de la cohesión del equipo, con el objetivo de mejorar la satisfacción y el rendimiento del mismo.

Para ello, empezaremos trabajando con ese directivo el desarrollo de su habilidad para percibir y expresar emociones (propias y ajenas), después trabajaremos en la comprensión de dichas emociones y en entender cómo evolucionan , así como sus posibles consecuencias, si no se hace nada.

Desarrollo IE

En una fase posterior ayudamos a desarrollar la habilidad del directivo para tener en cuenta la información emocional a la hora de tomar decisiones más eficaces, imaginando escenarios alternativos y percibiendo las emociones que generan junto con los comportamientos asociados más comunes.

Por último trabajamos la regulación emocional de forma productiva en función de la situación.

No será lo mismo querer obtener ideas creativas del equipo, que una actuación rápida para «apagar un incendio» en un cliente, o repasar los detalles de un informe de seguimiento antes de entregarlo. Cada escenario requiere una atmósfera emocional diferente.

Este trabajo dará como resultado una mayor auto-conciencia, empatía y asertividad del directivo. Lo cual redundará en un mayor apoyo social a las personas de su departamento, que servirá de modelo para promover las conductas colaborativas y participativas clave en la cohesión del equipo.

También facilitará al directivo una mayor y mejor perspectiva de la utilidad de los objetivos colectivos además de los individuales, ya que los primeros aseguran el aumento de los comportamientos colaborativos y la reducción de las conductas egoístas.

Para ir terminado este post, sólo recordar que el desarrollo de cualquier habilidad (y la inteligencia emocional no es una excepción) es un proceso que conlleva tiempo, paciencia y perseverancia. Pero los resultados suelen ser espectaculares y merecen la inversión.

Ah! se me olvidaba. Todo este proceso de mejora no servirá de nada sin el apoyo de todo el equipo directivo, en especial el de su máximo exponente en el día a día, el CEO.

Hasta pronto!

Fuente imágenes: femeninoenmanifestacion.wordpress.com;

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Psicólogo Organizacional