¿CÓMO MEJORAR MI (AUTO)LIDERAZGO?, ¡SI EL DÍA «SE ME COME»!

NeuroliderazgoRecientemente he estado impartiendo un seminario a emprendedores, directivos y empresarios, sobre neuroliderazgo.

Hemos hablado de los descubrimientos de la neurociencia sobre el cerebro y cómo estos datos «duros» respaldan la eficacia de la inteligencia emocional aplicada al liderazgo y autoliderazgo.

Recordemos que el liderazgo empieza por uno mismo.

Comentábamos algunos ejemplos sobre cómo introducir cambios de comportamiento por parte de directivos y emprendedores con el objetivo de conseguir más y mejores resultados a nivel individual y colectivo.

Además decía que a este neuroliderazgo, o liderazgo emocionalmente inteligente, debemos añadirle el componente ético para que sea un liderazgo saludable, ya que de lo contrario podríamos caer en la manipulación.

Pero casi siempre salía la misma cuestión, ¡pero cómo voy a aplicar todo esto si el día a día «se me come»!

La buena noticia es que no hace falta aplicar muchos cambios a la vez. Es más, si lo hacemos nos vamos a frustrar y por tanto, abandonar.

Con cambiar una pequeña cosa es suficiente, de forma que cuando hayamos incorporado una nueva práctica pasamos a incorporar otra, y así sucesivamente.

Es el método que ya usaba Bejamín Franklin en el siglo XVIII (cuya biografía recomiendo leer). Este gran personaje histórico se propuso introducir trece mejoras de comportamiento utilizando 4 semanas para consolidar cada una de ellas.

Pero claro, salieron excusas del tipo: «yo es que soy ‘muy directo’ y no puedo ser de otra manera» o la tan manida excusa que inspira el título de este post, «¡pero si me faltan horas del día!» (como si para hacer cambios hubiese que añadir horas).

El error de base está en focalizarse en lo que no podemos hacer en vez de lo que sí podemos.

Es decir, no me digas lo que no puedes hacer. Dime lo que sí puedes hacer de todo el repertorio de nuevas conductas que te he dado (contestaba yo).

Y es que arrastramos una educación y cultura focalizada solo en lo negativo no viendo lo positivo y lo que funciona, que también existe.

Además, usando un poco el sentido del humor les decía «¡pero si es gratis lo que os estoy proponiendo!».

Los comportamientos clave del liderazgo saludable cuestan poco y valen mucho.

inversion-sostenible-y-eticaIncluso, les dije, un aspecto clave para generar bienestar como es la escucha activa, consiste en no hacer nada: ¡SOLO CALLARSE Y ESCUCHAR!, ¡más barato imposible! 😉

Cuando se vieron un poco «acorralados» (la inversión económica es nula y el retorno muy elevado), surgían más y más excusas:

  1. Es muy difícil cambiar el comportamiento cuando ‘toda la vida’ lo hemos hecho de una determinada forma.
  2. No tengo tiempo de reunirme para escuchar necesidades y problemas de mi gente.
  3. No puedo dedicar tiempo al descanso o al deporte, el trabajo se amontona.
  4. Eso en mi empresa no funciona.

1) Por supuesto que es difícil, si fuese fácil casi todo el mundo lo haría.

2) No tienen por qué ser reuniones formales. Se puede usar el tiempo del almuerzo o el café para preguntar y escuchar.

3) Si no tienes tiempo para el descanso y el deporte, tendrás que tener tiempo para la enfermedad. Entonces sí que se amontonará el trabajo, aunque descubrirás que el mundo sigue y no eres tan imprescindible como creías.

4) Si no lo hemos probado no podemos decir que no funciona, ¿verdad? ¿No será que no queremos hacer cambios? Y si no queremos hacer mejoras, ¿para qué leemos libros, hacemos cursos y asistimos a seminarios?

En fin, que volvemos a lo que ya escribía en un post anterior sobre nuestro sistema de creencias que titulé «¡No me toques los paradigmas!»

Esto nos pone en la pista de que la primera mejora que debemos hacer es la del «autoconocimiento y autoconsciencia» para poder revisar nuestro sistema de creencias que puede que nos esté limitando.

Porque si asistimos a cursos, seminarios y eventos con la única intención de pasar un rato agradable y engrosar nuestra lista de conocimientos, estará bien pero nos servirá de poco.

Si no empezamos a incorporar cambios y mejoras en nuestro comportamiento del día a día, ¿adivinas cómo nos irá dentro de 5 años? ¡Efectivamente, igual que ahora! ¡o peor, porque nos quedaremos obsoletos!

¿Y tú, quieres aplicar de verdad un (auto)liderazgo saludable o solo adquirir conocimientos?

¡Te animo que empieces a hacer cambios y a saborear «la magia» de los resultados!

Fuente imagen inversión ecológica: blog.pizarraeconómica.com

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Psicólogo Organizacional