¿ATRAPADOS POR EL ÉXITO?

Jaula de OroDespués de reflexionar este video de Enric Lladó, en el que nos explica magistralmente y con humor el proceso de desarrollo que, desde su punto de vista, atravesamos organizaciones y personas, vuelvo una vez más a insistir en el poder de las emociones.

Enric usa el término «atrapados por el éxito» para describir aquellas empresas, organizaciones o personas del «mundo desarrollado» que han ido creciendo y adaptándose hasta conseguir una forma de trabajar que les reporta interesantes beneficios.

A partir de ahí, como es lógico, se han dedicado a repetir patrones de comportamiento para seguir obteniendo altas rentabilidades (aunque hay quien no es consciente de cómo consigue resultados).

El problema es que ese comportamiento es válido para un contexto o situación de mercado determinado, pero si cambia el entorno y lo hace de una forma radicalmente diferente, esos comportamientos terminan por no obtener resultados.

Lo que ocurre es que la inercia que hace girar la rueda de los resultados puede generar percepciones erróneas y parecer que no lo estamos haciendo tan mal porque sigue habiendo resultados (menos, pero resultados al fin y al cabo).

Aquí podríamos aplicar perfectamente el concepto de «zona de confort» del coaching o la metáfora de la rana hervida.

Es decir, el entorno ha cambiado pero no nos damos por aludidos porque no notamos dolor:

  • Hay un mercado globalizado en el que la tecnología permite competir «silenciosamente».
  • Nuestros clientes pueden tener más información que nosotros y quedarnos rezagados.
  • Intangibles como la experiencia percibida del cliente al recibir un producto o servicio cobran más valor que nunca.
  • Las posibilidades digitales empujan nuevas formas de ofrecer productos y servicios tradicionalmente analógicos.
  • La presión económica empuja a un mayor pragmatismo en el servicio para equilibrar valor y precio.

Sin embargo, con un poco de visión (ver más allá de nuestras narices) podemos observar que algún aspecto de nuestro negocio se ve perjudicado por la carencia de adaptaciones.

Recursos intangibles como, por ejemplo, la comunicación interna o el estilo de liderazgo puede afectar a los resultados, impactar en el servicio, facilitar la ganancia o pérdida de clientes… y mucho más.

El primer paso es darse cuenta, ser conscientes de ello. Para esto hace falta un ejercicio de humildad y flexibilizar la mente aceptando que no somos la perfección personificada.

Y aunque el proceso de adaptación lleva tiempo y dedicación (no es cuestión de un abrir y cerrar de ojos), cuanto antes empecemos antes lo lograremos.

[Tweet «Negar la necesidad de adaptación o lamentarse solo sirve para retrasar o impedir la mejora.»]

Y es que en un mundo tan cambiante y ambiguo como el que estamos viviendo actualmente, es necesario estar oteando periódicamente el contexto. No sea que nos encontremos, como dijo Mario Benedetti, que:

[Tweet «Cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, de pronto, cambiaron todas las preguntas.»]

¿Y qué pinta en todo esto la emoción? Pues todo.

inteligencia emocionalTanto la sensación agradable (entusiasmo, orgullo, alegría) de estar consiguiendo resultados de una manera concreta, como la sensación desagradable (temor, ansiedad, rabia) de anticipar la incomodidad del cambio, puede tener los siguientes efectos:

  • Que la razón se ponga al servicio de la emoción y busque argumentos alineados con ella (p.ej., si estoy bien para qué cambiar,  no tengo tiempo…).
  • Poner a la imaginación a anticipar fracasos y errores que nos lleven a una peor situación (ansiedad paralizante).
  • Seleccionar en la memoria ocasiones en las que intentamos hacer mejoras y fracasaron (memoria sesgada).
  • Entablar conversaciones con empresas o personas que sienten como nosotros y «confirmar» lo innecesario del cambio.

¿Qué podemos hacer? Desarrollar una habilidad llamada inteligencia emocional. Una potente herramienta de mejora personal y organizacional.

Es una herramienta con doble mango o asa, una para la parte personal o individual y otra para el aspecto social o interpersonal.

Lo primero que tenemos que asir con fuerza es el asa personal porque lo que proyectamos y hacemos es fruto de nuestra forma de pensar y sentir.

Las competencias clave serán la autoconsciencia, autoconocimiento y autorregulación porque nos harán conscientes de qué pensamientos y sentimientos nos impiden avanzar, usando y regulando esa información en nuestro beneficio.

[Tweet «Si no mejora nuestro pensar y sentir, no mejorará nuestro hacer. «]

Después estaremos preparados para asir la herramienta social.

La empatía y la asertividad serán nuestras competencias aliadas porque facilitarán la confianza y el compromiso de equipos, clientes y demás colaboradores.

Y estos intangibles, en el mundo empresarial de hoy, se convierten en dinero contante y sonante.

¿Y tú o tu empresa, estáis atrapados por el éxito?

Fuente imágenes: google.es y elaboración propia.

*También puedes leer «estrategia emocional. ¿Cómo empezar?»

La Palanca del Éxito

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Psicólogo Organizacional