A lo largo de los años, he ido descubriendo (y corroborando) que el liderazgo no se mide por la cantidad de órdenes que das, sino por la calidad de las conexiones que construyes.
La verdadera autoridad nace de la confianza, la empatía y la dedicación genuina hacia el equipo.
Este decálogo no es solo un conjunto de frases con rima fácil, es también una guía práctica para aquellos que desean liderar con el corazón sin perder de vista los resultados con la cabeza.
Decálogo a tener visible en el escritorio o mesa de trabajo:
- Sin autoconocimiento no hay guía para el crecimiento.
- Para hablar con claridad y coraje, primero debes pensar con profundidad tu mensaje.
- Para dar feedback adecuado, primero sé compasivo y templado.
- Antes de emitir juicios o reproches, reflexiona bajo la luz de tus noches.
- Para influir con autoridad sin usar el poder, al servicio de tu equipo te debes poner.
- Si quieres a tu equipo cuidar, aprende a escuchar y a valorar.
- Ser compasivo con tu equipo no frena el avance, más bien fortalece su rumbo y su alcance.
- Liderar con empatía no es debilidad, es la clave de la estabilidad.
- Para un éxito estable y duradero, trabaja con confianza y sin desespero.
- Cuando hay atención plena y compromiso sincero, los problemas se convierten en sendero.
👉 ¿Cuál de estos principios resuena más contigo? ¡Déjamelo en los comentarios!
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