¿Y TÚ?, ¿A QUÉ TE DEDICAS REALMENTE?

¿A qué te dedicas realmente?

Me gustaría iniciar el nuevo curso con la reflexión que da título a este post, porque lo considero de máxima trascendencia para nuestro éxito, para el beneficio de nuestros clientes (y para la ética profesional).

Y cuando hablo de clientes, me refiero a empresas, proveedores, jefes, empleados, equipos y colaboradores.

Habitualmente (y «a bote pronto»), si nos preguntan a qué nos dedicamos profesionalmente, solemos contestar nombrando nuestra actividad, dónde trabajamos o, a veces,  haciendo alusión al título de nuestra profesión, formación o cargo jerárquico.

Pocas veces (muy pocas), contestamos haciendo alusión a los beneficios, al valor explícito o tácito que aportamos en nuestro día a día a los demás, con los que trabajamos.

Voy a intentar explicarme con ejemplos.

Si preguntamos a un fontanero, diría algo así como «me dedico a la fontanería. Soy fontanero» o «realizo instalaciones y reparaciones de agua y sanitarios».  Si preguntamos a un mecánico de coches, podría decir «reparo coches», o «soy mecánico de coches», o «trabajo en un taller de reparación de coches».

Si le preguntamos a un programador o diseñador web, diría tal vez, «programo, o diseño webs de comercio electrónico». Un arquitecto de software podría decir «diseño soluciones tecnológicas de gestión de contenidos».

Un psicoterapeuta diría «realizo terapias para solucionar trastornos mentales» o «soy psicoterapeuta». Un profesor/a de matemáticas, diría «soy profesor/a de matemáticas» o «soy licenciado/a en matemáticas e imparto clases».

Un directivo quizá diría «establezco objetivos y los hago cumplir» o «Soy director ejecutivo, director general, director comercial, etc.».

Con el cambio de era, o cambio estructural (como diría Fernando Sánchez-Salinero) al que estamos asistiendo, nos encontramos con muchas personas que se quedan sin empleo y:

  • Buscan otro empleo similar por cuenta ajena
  • Se hacen freelance aprovechando su experiencia y conocimiento del sector
  • Se reciclan para especializarse
  • Se reinventan (se forman en otro trabajo/sector)
  • Otros, como yo, se reinventan, se hacen freelance y cambian de sector, todo a la vez (aún a riesgo de parecer kamikazes).

sociedad del conocimiento

Pues bien, ya no es útil (o cada vez tiene menos valor) explicar a qué te dedicas haciendo alusión sólo a qué conocimientos tienes o cuál es tu profesión.

Ahora es vital saber explicar qué sabes hacer, de valor para los demás, con lo que sabes.

Creo que, tal como nos explica fenomenalmente bien, Andrés Ortega, en su post «Itinerarios líquidos: de la carrera a la aventura profesional«, si las cosas ya no van a ser como antes, tampoco podemos seguir haciendo las cosas como antes.

«Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados», Albert Einstein.

Es imprescindible saber explicar, en pocas palabras, qué valor aportamos a una empresa o cliente (interno y externo).

Si además tenemos en cuenta que somos seres emocionales, e introducimos palabras que acaricien alguna emoción o sentimiento, mucho más eficaz será nuestro mensaje.

Así, nuestro fontanero del ejemplo tendría que decir algo así como «facilito una higiene cómoda a las personas».  El mecánico de coches diría «me ocupo de hacer felices a los conductores que me traen su coche a reparar».

El programador o diseñador web, podría decir «genero experiencias de usuario inolvidables en entornos de comercio electrónico».  El arquitecto de software diría, «diseño entornos de gestión de contenidos de alta disponibilidad, seguros, robustos, escalables y fáciles de desarrollar».

El psicoterapeuta diría algo como «mejoro la vida de mis clientes, generando bienestar y felicidad en ellos mismos y a su alrededor». Nuestro profesor de matemáticas podría decir algo así como: «enciendo un mundo de posibilidades útiles, de creatividad. curiosidad y diversión a mis alumnos».

El directivo podría decir «sirvo a mi empresa, a mi equipo y demás clientes, eliminando obstáculos para que todos puedan conseguir objetivos de forma saludable».

En mi caso, también me ha costado muchísimo «cambiar el chip». Hasta hace poco decía que era psicólogo del trabajo, experto en organizaciones saludables y competencias socio-emocionales para directivos y docentes.

Hoy, puedo afirmar que a lo que realmente me dedico es a «proporcionar alta rentabilidad a personas y organizaciones, incorporando con rigor y calidad, inteligencia emocional al liderazgo (neuroliderazgo) y prácticas saludables a la gestión de personas».

Y por supuesto, detrás de una propuesta de valor, tiene que haber un producto/servicio al mismo nivel o superior.

¿Y tú?, ¿ya sabes a qué te dedicas realmente en esta nueva era?

 Fuente imágenes: lospatriotas.org; educacionysociedadpeterpan.blogspot.com

2 Comments

  1. El marketing debe estar presente en general en el mundo profesional, tener habilidad para vender tanto tu currículum si buscas trabajo, como si eres freelance, inclusive en las entrevistas.
    Muy buena entrada y muy útil. Gracias por esos consejos.

    1. Muchas gracias a ti, Raquel, por tu enriquecedor comentario. Saber elegir las palabras adecuadas es clave en este mundo que nos toca vivir… Saludos!

Comments are closed.

About admin

Psicólogo Organizacional