DIRECTIVOS «HIPEROCUPADOS», ¿FORTALEZA O DEBILIDAD?

hombre-orquesta-de-negociosHace un par de semanas, leyendo el artículo «No estás tan ocupado como dices…» (cuya lectura recomiendo), donde habla de los directivos que están constante y altamente ocupados, o al menos lo parecen, me hizo reflexionar sobre algunas experiencias vividas.

He compartido muchas horas de trabajo con directivos de este estilo «altamente activo» con los que, cuando paras a tomar un café, te transmiten el mensaje subliminal (o directo) de que estás tirando el tiempo y el dinero de la empresa, llegando a generar incluso un sentimiento de culpa o malestar por hacer una pausa de diez minutos.

Cuando el trabajo a realizar implica altos niveles de carga mental y/o emocional, no es que sea interesante parar unos minutos, es que es necesario e imprescindible hacerlo para descansar y recuperar energía.

Mucho me temo que esa «hiperocupación» es la consecuencia de una educación basada en el «hacer constante y vertiginoso». Y es que si no estás «haciendo» parece que eres improductivo o vago.

Cuando la paradoja es que sucede al revés; si no haces pausas para descansar, reflexionar y/o reorganizar el trabajo si es necesario, terminarás siendo improductivo. No te digo nada ya, si previamente no has dedicado tiempo a planificar tu trabajo.

¿Y qué ocurre cuando este esquema mental basado en el «hacer constante y reactivo» está instalado en un directivo? Pues que, salvo honrosas excepciones, se traduce en desorganización, caos y un clima desolador a su alrededor.

El directivo hiperocupado salta cada pocos minutos, de actividad en actividad, de tarea en tarea. Y como no consigue acabar nada, termina «transfiriendo» la tarea a alguien de su equipo. Sin dar apenas información de lo que quiere y cómo lo quiere.

«Yo no puedo encargarme de todo».

En el directivo hiperocupado es muy típica esta frase. Además la suele pronunciar de tal modo que parece que es el que más trabaja de todos, cuando en realidad, es un auténtico desastre en eficacia y productividad.

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Y si da información, suele ser muy ambigua porque ni siquiera él mismo tiene clara la estructura del trabajo a realizar, ya que no le ha dedicado apenas tiempo para pensar.

Claro, cuando le presentan la tarea acabada, no le suele gustar, se queja y termina diciendo o murmurando, entre dientes, que no puede delegar nada, que lo tiene que hacer todo él mismo.

Y en realidad, no le falta razón, tendría que hacerlo él mismo porque no sabe delegar correctamente. Lo hace mal, en forma y fondo. Para poder organizar a los demás, primero tiene que aprender a organizarse a sí mismo (a no ser que haya llegado ahí por el «Principio de Peter«).

Lo que ocurre es que suele tener a alguien cerca que le va «salvando el trasero». Pero suele ser alguien de administración o un técnico con salario bajo, sin revisar hace años, que termina «quemándole» esta situación (no es para menos).

Otra característica típica de esta ¿fortaleza o debilidad? del directivo es que inicia muchos «miniproyectos» en los que involucra a varias personas de la organización, aunque no sean de su equipo directo («puenteando» a mandos intermedios).

Cuando el mando intermedio afectado habla con su director, éste siempre tiene un «argumento poderoso» derivado de su alta actividad y ocupación «en pro» de la empresa.

Trabajar de esta forma es, paradójicamente, una peligrosa debilidad del directivo que entraña un alto riesgo, que debe corregir lo antes posible por su propio bien, el de su equipo y el de la empresa (bien económico, físico, mental y social).

Si no lo hace, generará un clima de caos, presentismo, insatisfacción, desmotivación, y con el tiempo, un peligroso burnout entre los componentes de su equipo. Y no creo que ningún directivo tenga esto por objetivo, lo que ocurre es que no es consciente de que lo hace mal.

Te dejo un video que, a pesar de su antigüedad y mala calidad de imagen, es una pequeña joya para el directivo que quiera mejorar su organización del trabajo. Si este es tu caso, seguro que te hará reflexionar.

Te invito a ver, al menos, los seis primero minutos (aunque quizás tengas «mucho que hacer» y no tengas tiempo…).

Si te resulta familiar lo que ves, es momento de parar y hacer algo para cambiar tu comportamiento directivo.

Y es que puede resultar muy dañino este tipo de comportamiento no solo para la organización, sino también a nivel personal y familiar, pudiendo llegar a desembocar en algunos casos en un accidente cardiovascular (infarto) o cerebrovascular (ictus).

¿Y tú, estás «hiperocupado» o quieres mejorar tu eficacia y prevenir tu salud?

Fuente imágenes: alcgestionempredarial.wordpress.com; josepuchades.com

18 Comments

  1. Com a qualsevol tasca ha de primar la QUALITAT no pas la QUANTITAT…

  2. Juan Pedro, gracias por tus palabras. Tomo nota de varios puntos muy interesantes que aplicaré en mi trabajo.
    Un abrazo!!

    1. Muchas gracias a ti, Geles, por dejar tu comentario. Me alegra que te sea de utilidad.

      Un abrazo!

  3. Muy interesante el artículo y lo voy a compartir con los jefes de mi empresa.

    1. Muchas gracias, Marlene. Ya me dirás cómo resulta el artículo cuando lo lean tus jefes. Espero que sea de utilidad.

      Saludos.

  4. Muy interesante el articulo, digno de reflexión ya que invita a la mejora continua. Digno además de compartir. Gracias

    1. Gracias a ti, por tu feedback, Diana. Un placer poder compartir este tipo de información.
      Saludos!

  5. ¡Buf! Me ha recordado a un socio que tuve hace años. El artículo describe exactamente su «modus operandi», que fue el detonante que hundió la empresa.
    Recomiendo a quien sufra alguien así que se plantee muy en serio un «cambio de aires», pues quien tenga el perfil descrito en el artículo veo prácticamente imposible que cambie.
    Saludos.

    1. Muchas gracias por tu comentario, Juan. El cambio de comportamiento de este tipo de directivo sólo puede venir desde su superior inmediato (si lo hay) o de él mismo en un acto de autoconsciencia de lo que está ocurriendo a su alrededor (algo que ocurre raramente).

      Saludos!

  6. Totalmente de acuerdo, como bien comente hace tiempo la mentalidad de los empresarios debe cambiar y la cultura de la empresa también. Hay que pensar en productividad y quien mucho abarca, poco aprieta

    1. También estoy de acuerdo con tu comentario, Marta. Necesitamos ir evolucionando los paradigmas directivos en materia de personas.
      Saludos.

  7. HOY EN DIA LAS EXIGENCIAS DE LAS EMPRESAS ESTAN AL MAXIMO Y EN GENERAL UN PUESTO DE RESPONSABILIDAD REALIZA LAS ACTIVIDADES DE MAS DE DOS PERSONAS. CON EL PUESTO VIENEN TODAS ESAS RESPONSABILIDADES QUE NO NOS DEJAS PERDER NI UN MINUTO DE TIEMPO.

    1. Muchas gracias por dejar tu comentario, Marivel.

      Efectivamente está sucediendo lo que tú indicas. La diferencia estará en si ese tiempo súper ajustado del directivo está planificado o es totalmente reactivo. Porque si es este último caso, supondrá una pérdida de eficiencia y caos a su alrededor, lo que se traducirá en tiempo y dinero perdido para la empresa. Algo que es precisamente lo que la organización no quiere que ocurra.

      Un saludo!

  8. Excelente artículo Juan Pedro! Me ha encantado!

    Lo mejor es que me he visto tan identificado en tantas cosas que estoy preocupado jajaja

    1. Muchas gracias, Fernando. jajaja, no creo que cumplas con el perfil si has tenido tiempo de leerlo sin interrupciones ;)) Saludos.

  9. Si además dicen tres frases frecuentemente que no me gustan nada y son:
    1 A mi no me cuentes historias buscate la vida.
    2 El día tiene 24 hrs y
    3 O haces lo imposible o la p. calle.
    En España falta mucha organización

    1. Muchas gracias por enriquecer el post con tu comentario, Carlos. Esas frases son muy típicas de directivos emocionalmente analfabetos.desorganizados y caóticos.
      Saludos!

  10. […] Un déficit de reflexión y planificación nos llevará a la “narcotización por la acción” que tan bien refleja este artículo de La Palanca del Éxito. […]

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Psicólogo Organizacional